miércoles, 4 de febrero de 2009

LA BUSQUEDA DE LA COOPERACION REGIONAL Y LA INTEGRACION

La planificación tecnológica que estamos proponiendo para la región, no será posible si no se pone la comunicación social al servicio del proceso de integración regional.
Los medios de comunicación deberán orientar los debates nacionales sobre el cambio de mentalidad de la comunidad regional permitiendo un conocimiento mas profundo de las dimensiones de las transformaciones que introducen las tecnologías de la información en nuestros contextos sociales.
Para recuperar la autoconfianza de las capacidades propias de América Latina, se necesita un proceso de formación-información de sus pueblos y allí los medios deberán jugar un papel fundamental. El desarrollo y la potenciación de las telecomunicaciones regionales, todavía muy atrasadas, es una cuestión de primer orden para poder cubrir las diferencias regionales con respecto al acceso a los medios electrónicos y a la disponibilidad de estos.
Se deberá realizar esfuerzos conjuntos para modernizar las viejas infraestructuras de telecomunicaciones y para ampliar servicios básicos como las señales de televisión, el teléfono, los servicios postales hacia las regiones rurales y apartadas o hacia los sectores sociales antes discriminados. Pero esos esfuerzos no deben quedarse limitados a determinados países de la región con mayores recursos, lo importante es desarrollar las telecomunicaciones en todos los países para reducir los desniveles y lograr la integración.
Y por lo que respecta al desarrollo de tecnologías mas complejas, transportadoras de servicios telemáticos (TV por cable, por satélite) deberían ser estudiados previamente sus usos sociales para evitar opciones cuyas inversiones no están plenamente justificadas en relación con los beneficios sociales a obtener.
El desarrollo y la consolidación de infraestructuras de comunicaciones autónomas tiene que tender, a la larga, hacia el fomento de sistemas de telecomunicaciones acordes con las necesidades de desarrollo regional, donde las aplicaciones tradicionales de esas infraestructuras serian apenas una parte de la estrategia global de una Política de Integración Regional.
El aporte de las Telecomunicaciones al proceso de integración resultaría vital; en lo nacional, la amplitud de la red integraría a las comunidades mas aisladas de los centros de gestión administrativa, en lo regional se podrían establecer vínculos con otros países, y en lo internacional se podría acceder a bancos de datos, estilos de vida y modelos de desarrollo similares o diferentes. (Aguilera, 1986:28). Pero no es suficiente el desarrollo de las telecomunicaciones por si solo. Hay que consolidar otras infraestructuras de comunicación propias, como las redes de información alternativas y los bancos de datos nacionales que ya indicamos.
Aunque estos sistemas necesitaran de las telecomunicaciones para conectarse, ofrecerán posibilidades para un uso diferente de estas tecnologías mas allá del envío de flujos de información, que tienen que ver con coordinar proyectos conjuntos para convertir el nuevo tipo de información, la información-conocimiento, en comunicación-acción (Padrón, 1987:24), recurso básico para la integración comunicacional y social de América Latina. Las experiencias desplegadas en Chile, Brasil, Perú, Bolivia, México y Nicaragua, donde se han organizado redes electrónicas para la comunicación y la organización social, deberán ser ampliadas a todos los países de la región.
La integración como movimiento político y no solo económico requerirá de todas estas estructuras de comunicación que deberán ser utilizadas, mas que como instrumentos periodísticos de información, como la plataforma de la integración para la acción social, económica y cultural, en torno a los cuales se organice el apoyo político de la población y los estados regionales al proyecto integrador.

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